Desde que Andalucía consiguiera la autonomía, de aquella manera tan represora por parte del Gobierno español de Adolfo Suárez de la extinta UCD. Cada 28 de febrero se conmemora el Día del Estatuto Andaluz, ya que el verdadero Día Nacional de Andalucía es el 4 de diciembre, pero esta fecha la silencian, posiblemente, porque coincide con el día en que nació el dictador Francisco Franco Bahamonde, al que Dios conserve bajo toneladas de mármol de Macael en el Valle de los Caídos.
Así que, un año más la mediocridad política andaluza, se vestirá con sus mejores galas, para celebrar a bombo y platillos una grisácea conmemoración. Ya que hasta la fecha, muchos charlatanes políticos, han ido a remolque de las circunstancias, como ocurrió antes del levantamiento de la incivil Guerra Española de 1936.
En aquellos tiempos, las comunidades históricas aprobaron sus estatutos, pero los políticos andaluces debido al gazpacho diarreico que les provocó la vaguedad en el poder, no hicieron caminar a Andalucía hacia un futuro digno.
Pero, en este periodo constitucional, durante los treinta años de dictadura democrática del PSOE, con su ineptitud también hicieron retroceder a Andalucía al vagón de cola de los torpes. Causa, por la que de desde Despeñaperros hacia los reinos de España, no nos tengan ninguna consideración como pueblo, debido al palanganeo político andaluz llevado a cabo desde el Palacio de San Telmo de Sevilla hacia el de La Moncloa de Madrid.
Creyendo, que el principal presunto culpable de ello, es el ex presidente de la Junta de Andalucía, don Manuel Chaves, actual ministro de no sé qué del Gobierno estatal español del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero. Siendo Andalucía una comunidad de servicios para el resto de las comunidades y regiones españolas. Cuando, debería ser todo lo contrario, ya que Andalucía es tan o más comunidad histórica que Cataluña y el País Vasco, porque los primeros pobladores de la península fueron los Tubal y Tarsis. Y jamás deberíamos haber perdido esas señas de identidad.
Así que, esto es lo que hay en mí Andalucía, al haber permitido nuestra clase política sin clase alguna, que se pisoteen nuestras señas de identidad. Siendo un claro ejemplo lo que ocurre en este periodo constitucional, porque jamás han ejercido para la fortalecer nuestras raíces, sino todo lo contrario al ser determinados políticos, maleteros de la Verbena de La Paloma del poder centralista español.
Hablar de lo contemplado en el Estatuto de Andalucía, es denunciar promesas incumplidas por parte de la Junta de Andalucía del PSOE. Porque desde que el Borbón Juan Carlos I firmara el inicial estatuto andaluz, el treinta de diciembre de mil novecientos ochenta y uno. Y hasta la fecha, tras más de treinta años de vigencia, nuestra clase política andaluza del PSOE, PP, IU y el reto de formaciones incluidos las centrales sindicales CCOO y UGT, probablemente bien poco han trabajado por y para el espíritu que contempla todo lo plasmado, en los diferentes artículos de nuestro estatuto de autonomía.
Sirva como ejemplo lo siguiente: ‘El Estatuto garantiza a todas las personas el derecho constitucional a un puesto de trabajo. Y el acceso gratuito a los servicios públicos de empleo, según los principios de méritos y capacidad. A vivir en un medio ambiente equilibrado, sostenible y saludable. A una buena administración pública. Se garantiza una vivienda digna y a participar en condiciones de igualdad en los asuntos públicos’. Contempla también ‘la prohibición de toda discriminación en el ejercicio de los derechos particularmente ejercidos por razón de sexo, cultura, religión, política o cualquier otra circunstancia personal o social’.
Bueno, esto último tampoco se lo creen muchos y menos los adláteres de las formaciones políticas y sindicales, porque todo aquel que no acate la disciplina, dogmas, dictados y doctrinas que impongan, sufrirá posiblemente subterráneamente presiones y toda clase de censuras.