Viñeta del candidato Pérez Rubalcaba
Determinados iluminados que ejercen de políticos, sueltan demagógicamente unos pedruscos, que no hay por dónde meterles mano. Consecuentemente, para desquebrajar y desmoronar a esos inconscientes de sus poltronas, siempre lo hago de frente y por derecho con mi pluma estilográfica.
Pero, nunca traicioneramente por la espalda, como suelen hacer muchos de ellos o, como la canalla barriobajera que ponen de vuelta y media al más florido de las ciudades y pueblos.
Tengo claro también, que casi todo aquel ciudadano, que no vale para ejercer laboralmente en las empresas privadas, se mete a político. Por lo que no me extraña, que cuando se aproximan las elecciones engatusan, engañan, catequizan o embaucan a la masa borreguil con sus promesas. Pero una vez que alcanzan el poder, cambian el discurso radicalmente y hacen totalmente lo contrario.
Ese proceder, es realizado generalmente por casi todos los políticos españoles en este periodo democrático y constitucional. Ya que son reos de los dictados de sus ejecutivas correspondientes. Porque hasta para mantener su hegemonía política hacen pactos antinatura, como el que llevaron a cabo hace unos años el PSOE y PP en el País Vascos para derrotar a los nacionalistas.
O como los que se han llevado a cabo tras las recientes elecciones municipales y autonómicas, en las que miembros de determinados signos políticos, han facilitado alcanzar el poder a otras formaciones totalmente contrarias a sus ideologías y dogmas.
Hechos, que provocan una reacción de la población contraria hacia la clase política. Porque además, según el barómetro del mes de junio del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). Los políticos son uno de los principales problemas de la población española, ya que “8 de cada 10 ciudadanos, el 85,6% de la población, cree que la corrupción está muy o bastante extendida en España"; frente a un 5% que piensa que “hay poca o ninguna corrupción".
Sin haber sido encuestado, me sumo a ese 85,6 % de la población, ya que no sé en qué país vive ese 5%, como para opinar la no existencia de corrupción en España. Creyendo que probablemente serán allegados a los corruptos para negar la presunta evidencia. Aunque, el principal asunto que le preocupa en esa encuesta citada a los españoles es el desempleo. Siendo significativo que Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior y portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados hasta el pasado sábado.
Personaje que es catalogado por su trayectoria como ‘animal político'. El que siendo y ejerciendo los altos cargos citados. Tuviera la ligereza, irresponsabilidad, desfachatez, desvergüenza o atrevimiento, en su lanzamiento inicial de la campaña electoral; decir sin ningún pudor político: “Sé lo que tenemos que hacer para crear empleos".
El revuelo y el malestar creado con esas declaraciones don Alfredo Pérez ni se lo imagina, porque somos millones los que nos hemos preguntado. ¿Por qué siendo usted vicepresidente primero y ministro del Gobierno socialista estatal español de José Luis Rodríguez Zapatero, no has puesto en marcha, lo que dices saber para crear empleos?
En fin estimados lectores, paciencia, porque los políticos son casi todos muy parecidos, porque en un momento determinado, son capaces de construir un puente sin que halla necesidad de cruzar un río. Y el candidato Pérez Rubalcaba comenzó desde ya a construir su acueducto electoral con esa barbaridad que no acepto. Pero tan poco admito el giro efectuado en su proceder de la noche a la mañana hacia los votantes de izquierda, atacando a la banca cuando estando de ministro no ha tenido presuntamente reaños de hacerlo.
Si el Premio Nobel de Literatura, Vargas Llosas piensa que “la política saca a flote lo peor del ser humano". Creo que Rubalcaba está haciendo brotar su ruin proceder político, ya que sus objetivos para alcanzar votos no es a largo sino a corto plazo, a pesar del hambre y de la miseria existente en esta España, por culpa de él y de todos los suyos de Gobierno y partido, que negaron hasta la saciedad la crisis hasta hace poco.
No obstante al candidato Pérez, creo sospechar, que le ha debido sentar muy mal estando de portavoz en el Congreso de los Diputados o de ministro del Interior en el Gobierno actual. Que la oposición derechona y rancia del PP, le haya acusado sistemáticamente de no actuar para contrarrestar los graves asuntos que azota al pueblo trabajador y contribuyente.
Por lo tanto, la política, es bajo mi modesto entender un equivalente a farsa, hipocresía y cloacas.
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