Me invitas a escribir poemas en tu piel y lo único que quiero es escribir nuestros nombres primero el mío para que me reconozcas, escribirlo con delicadeza y letras pequeñas para dejar un espacio para la poesía, después el tuyo con más fuerza, fuerte, muy fuerte como si lo estuviera gritando, y por último dos poemas, uno triste para cuando ya no esté, donde te diga como me haces falta, que me sobra tinta y me falta lienzo, otro romántico como éste momento, donde te diga que bello es tu cuerpo, tus ojos entre abiertos, que no hay mejor lugar para tus besos y que la vida empezó aquí, en tu cuerpo.