En un abril mañanero te conocí, sentía la brisa sobre mi rostro, un aire fresco me acompañaba… Parecía que toda la naturaleza quería ser testigo de tan esperado encuentro, todos hacían señales de que estaban presentes… Mientras yo ignoraba eso, veía a lo lejos al hombre de mis sueños, temblando de frio y nervios. Yo estaba igual, no sabia que hacer… Un día antes había ensayado frente al espejo como podrían ser mis gestos ante ti, pero ese día, los nervios me traicionaron aunque reía un poco al pensar que tu también habías ensayado frente al espejo tus gestos para mí. Lo curioso que ahora sé que aquellos gestos míos los pude ver en ti, y yo sé que aquellos gestos tuyos los pudiste ver en mí… Somos un complemento, un reflejo perfecto… Nacimos para amarnos, para amarnos siempre, Te cuidare, te amare, te protegeré… Mi más dulce amor, mi más grande sueño Eres tú mi amor…