En el consultorio, el paciente le muestra a su médico los resultados de sus análisis. El médico los analiza con cara de preocupación y le dice al paciente: - Vamos a tener que mandarle a hacer una plaquita..... - De tórax, Doctor? - Nop... de Mármol.
Una mujer lleva a un bebé recién nacido al doctor. La enfermera los hace pasar al consultorio. Cuando el médico se presenta, examina al niño, mide su peso y descubre que esta debajo del peso normal. Pregunta si lo alimenta con biberón o con el seno materno. - Seno materno -responde la señora. - Por favor señora -dice el doctor -descúbrase los pechos. La mujer obedece, y el médico toca, aprieta, palpa y oprime ambos pechos, en un examen detallado. Luego le indica a la señora que se cubra y le dice: - Con razón el niño pesa poco. Señora, ¡usted no tiene leche! - Ya lo sé. Soy su abuela ¡pero estoy tan contenta de haber venido!
- Vengo a que me saque los dientes... - Pero señora, si usted no tiene dientes. - Sí doctor; acabo de tragármelos.
En un manicomio se encontraban dos locos y se escaparon en un auto, uno le dijo al otro: - Mirá que rápido van los árboles! Y el otro le contesta: - ¡A la vuelta volvemos en árbol!
Cinco cirujanos discutían sobre quiénes son los mejores pacientes en una sala de operaciones. El primer cirujano dice: - Me gusta operar contadores, porque, cuando los abrís, todo está ordenado por números. El segundo cirujano responde: - Sí, pero los electricistas son mejores, porque todos los órganos están codificados por colores, no hay forma de equivocarse. El tercer cirujano agrega: - No, son mejores los bibliotecarios: dentro de ellos está todo ordenadito alfabéticamente. El cuarto dice: - No hay como los mecánicos, los tipos ya traen las piezas de repuesto que hay que colocar. El quinto, por último, les dice: - Siento disentir con todos, compañeros, los políticos son los mejores pacientes del mundo para operar. No tienen corazón, no tienen estómago, no tienen huevos, y, además, el cerebro y el culo son totalmente intercambiables.
Una francesa se lo hace estirar todo: la nariz, la piel de la cara, etc... Finalmente, el cirujano le pregunta: - ¿Desea la señora algo más? - Sí. Quisiera tener los ojos más grandes y expresivos. - Nada más fácil, señora. Enfermera: ¡traiga la cuenta, por favor!
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