TEMBLANDO
Mi cuerpo sigue temblando mis labios aún adormecidos fue una noche mágica: que locura cuando amaneció ya no estaba se desvaneció como la tenue luz de la habitación.
Aún escucho sus te amo aún siento sus latidos aún percibo su silueta: que hermosura cuando amaneció ya no estaba se desvaneció como la tenue luz de la habitación.
Me quedan marcados sus dedos en mi espalda, fuego y deseo aún saboreo sus labios: que ternura cuando amaneció ya no estaba.
Se desvaneció como la tenue luz de la habitación.
Hoy despierto y más calmada te llamo y tan solo pido que despejes esta duda si este amor fugaz y de locura fue amor de verdad o aventura.
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