Cose Della Vita

Eternidades
Vino primero pura, vestida de inocencia; y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes; y la fui odiando sin saberlo.
Llegó a ser una reina fastuosa de tesoros... ¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
Más se fue desnudando y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica y apareció desnuda toda. ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre!
Juán Ramón Gimenez

20.02.10
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