
Ma Vie

Le he puesto una rosa fresca a la flauta melancólica; cuando cante, cantará con música y con aroma.
Tendrá una voz de mujer, vacilante, arrolladora, plata con llanto y sonrisa, miel de mirada y de boca.
-Y será cual si unos finos dedos jugasen con sombra por los leves agujeros de la caña melodiosa-.
¡Tonada que no sé yo, oída una tarde en la fronda; tonada que fui a coger y que huía entre las hojas.
Para ver si no se iba, la engañé con una rosa: cuando llore, llorará con música y con aroma.
Juán Ramón Gimenez
24.02.10
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