Como cuando el deseo de lo que no recibo es lo que más me excita y todo pasa por mi cabeza.
Como cuando las caricias me arden, las lenguas se enriedan en la piel y los pellizcos me suspenden entre las sábanas.
Como cuando intento adivinar el recorrido de los labios en mi cuerpo, los mordizqueos me herizan y los susurros me cachondean.
Como cuando los golpes más fuertes me sedan, la tensión de las ataduras me libera, los razguños lentos me orgasmean y mi anhelo se desboca.
Como cuando me hacen olvidar hasta de mi propio nombre al compás de la totura que van marcando y el tiempo pasa in-fi-ni-ta-men-te despacio entre mis gemidos amordazados...
Como cuando los rituales de luna llena en la oscuridad de las terrazas, logran las pausas deseadas y los cristales se ahuman con sexo... para permitirme volar.
Como cuando las tantas oportunidades se agolpan en mis venas hinchadas de aventura, mis oidos palpitan ansiosos y las velas dejan de arder.
Como cuando mi corazón galopa salvaje y desea entregarse por completo a las pendientes más pronunciadas.
Como cuando me clavo en la profundidad de la mirada de quien secretamente me espía... para des-cubrinos.