¿Y qué hacer para reducir el impacto de lo que está cambiando en el planeta? Antes que nada saber que, en gran medida, somos los humanos los responsables de que este cambio se apresurara. El cambio climático, que naturalmente sucede en la evolución del planeta, se aceleró, se descontroló el equilibrio y fue por nuestros propios errores al “desarrollar” nuestra forma de vida en busca de confort y bienestar, sin embargo esto se ha convertido en un boomerang, al final depende de todos que el daño no se siga agudizando.
1. Utiliza el transporte colectivo en lugar del automóvil, camina más, usa bicicletas, si vas a trasladarte al trabajo por ejemplo, piensa la posibilidad de ponerte de acuerdo con compañeros que hagan recorridos similares, además de ahorrar dinero, ahorras energía y evitas emisiones de gases tóxicos a la atmósfera.
2. Evita las pérdidas de calor si usas calefacción aislando mejor las puertas y ventanas, en este punto incluyo evitar pérdidas de frío de tu refrigerador manteniendo la junta aislante en buen estado y no abrir las puertas del frigorífico innecesariamente.
3. Ahorra el agua que utilizas, es un bien insustituible y bastante escaso, sólo ahórrala, no la malgastes. Agua que no has de beber... ¡Ahórrala!
4. Aprovecha la luz natural al máximo, planifica las tareas a realizar con necesidad de luz como leer, estudiar, etc. para horas donde puedas valerte de la luz natural, además de beneficioso para el ahorro del consumo de energía será beneficioso para la salud de tus ojos.
5. Compra sólo lo que necesites, elige productos naturales sin conservar, menos latas, en mi caso por ejemplo jamás compro un producto enlatado, evita los productos envasados en general.
8. Apaga totalmente los televisores, computadoras, equipos de música, etc. cuando no los uses, incluso lo mejor sería desconectarlos de la electricidad completamente, así evitas que funcione el stand by (esa lucecita que queda encendida y también consume energía).
9. Usa bombillas de bajo consumo, son más caras que las normales, pero puedes ir sustituyendo las comunes por las de bajo consumo poco a poco, a la larga el ahorro energético obtenido también redundará en tu economía. Por ejemplo, en mi casa he bajado el consumo en un 50%, es que hace tres años empecé a cambiar mis bombillas por lámparas de bajo consumo, y por su puesto, la factura de la electricidad bajó casi en la misma proporción. El dinero ahorrado me sirve para comprar más lámparas de bajo consumo o para irme a cenar con mis amigos y/o familiares.
10. Separa tu basura. Si en tu ciudad no existen depósitos para cada tipo de desecho: vidrio o cristal, papel y cartón, orgánicos, etc... ve pensando con algunos amigos, en tu trabajo o escuela en escribirle una carta al gobernador, o hasta al mismísimo presidente, si fuera necesario. La basura reciclable es un bien útil para tu país, quizás los gobernadores de tu ciudad o tu país aún no se dieron cuenta de esto y harás mucho bien si se lo haces saber.
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