No pierdas nunca la sonrisa
La sonrisa es ese algo luminoso con lo que nos asomamos a los demás.
La sonrisa es como una llamita interior que se enciende a tu contacto, para saludarte.
La sonrisa es como desbordarse algo que nace dentro, que se da espontáneamente y no se puede arrebatar, forzar ni pedir. Brota sola y así, por su cuenta, se prende al rostro del que elige.
La sonrisa es como una transmisión de simpatía que nos hace sentir livianos y alegres.
Sonreír es acoger, confortar, abrir el paso, invitar a pasar. ¡Es subir un peldaño en el amor!
La sonrisa es como una gota pequeña, pero en esa gotica cabe el mar.
Sonreír es querer soñar dentro del otro.
La sonrisa acaricia, retiene, perdona, habla. Es como depositar una promesa en los que sufren y un tono alegre en los que cantan. La actitud más empecinada se ablanda con ese gesto amistoso de dominación.
La sonrisa ensancha. Tiene algo de sol naciente entre los hombres. Es como si nos brotara una rosa por dentro y empezáramos a repartir pétalos en los demás, colándose el perfume por los ojos, por los labios, por esa expresión abierta y transfigurada.
Es una moneda de valor incalculable. No tiene valor hasta que se reparte y no enriquece hasta que se regala.
A veces la sonrisa ensancha la vida, hace respirar hondo, como si saltara de golpe todo lo que estaba taponeando nuestro corazón. La sonrisa quita el hermetismo y rompe la compuerta donde se acumulaban tantos desechos, tantas espinitas y tantas rozaduras.
Sonríe colando luz, dando amor y asomando el alma.
No escatimes tu sonrisa al que te la niegue. Esos que la agotan por la vida y la apagan con el viento, son los que más la necesitan. Sonríele a ese prójimo serio, triste, envejecido.
De ti puede brotar ese don, ese gesto que redime, ese ángel que acaricia.
Bajo tu sonrisa podrán salvarse muchos de los que pasan desesperados y podrán curarse muchos de los que pasan enfermos. Bajo tu sonrisa se detendrán los viajeros, atraídos por ese pedacito de Dios que irradia tu expresión.
La sonrisa se inventó para el milagro, para ese milagro que de pasada podemos hacer todos los días.