Distintos estudios llegaron a la conclusión que el paso del tiempo deja un rastro importante en el cuerpo, reduciendo dicha concentración.

Por este motivo nuevos tratamientos, a través de cremas y distintas aparatologías, buscan atenuar esta disminución y tratan de revertirla.

Una de estas técnicas es la ozonoterapia, que consiste en sesiones de 15 minutos dentro de cápsulas aerodinámicas con alta presión de ozono. El ingreso de éste a nuestro cuerpo por vía transdérmica logra mejorar hasta un 98 por ciento el metabolismo celular, lo cual es fundamental en el proceso contra el envejecimiento biológico.

¿Qué es el Ozono?

El Ozono es un gas incoloro y natural presente en las capas más altas de la atmósfera que se encarga de protegernos contra los rayos ultravioletas. Sus propiedades terapéuticas fueron descubiertas a principio de siglo y su aplicación aún continúa vigente en el tratamiento de diversas enfermedades y afecciones.

Cuando el ozono entra en contacto con la piel libera el electrón activo y mata los posibles gérmenes que estén en ella. Por este motivo, mejora notablemente el acné, la foliculitis, la dermatitis tópica y enfermedades micóticas.

En el ámbito de la salud, la ozonoterapia tiene efecto sobre las hernias de disco y sobre la descalcificación ósea, por lo que mejora, luego de varias sesiones, el resultado de las densitometrías, así como también los cuadros de artrosis y artritis.

A su vez, en el campo de la estética, el ozono se utiliza para varias funciones. Tiene efectos modeladores, retrasa el envejecimiento, mejora la textura de la piel y ayuda a eliminar la celulitis.

En las Cámaras de Ozono, al estar en contacto con este gas, se produce en el cuerpo un efecto de revitalización celular, que tiene propiedades antioxidantes y mejora la nutrición de los tejidos, esto disminuye las señales típicas de la edad como son la piel áspera con falta de turgencia o desvitalizada.