Agora con la aurora se levanta mi Luz; agora coge en rico nudo el hermoso cabello; agora el crudo pecho ciñe con oro y la garganta;
agora, vuelta al cielo, pura y santa, las manos y ojos bellos alza, y pudo dolerse agora de mi mal agudo; agora incomparable tañe y canta.
Así digo y del dulce error llevado presente ante mis ojos la imagino y lleno de humildad y amor la adoro;
más luego vuelve en sí el engañado ánimo y, conociendo el desatino, la rienda suelta largamente al lloro.
Fray Luis de León
06.09.10
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