2. Pierde el miedo a la opinión pública.
El temor al “qué dirán” es una de las barreras de
la superación personal que más frecuentemente
he observado. Y es de los obstáculos más difíciles de vencer.
Pero también he observado algo trascendente
en este punto: mientras más primitiva es la
persona en su evolución, más importancia le
confiere a lo que digan los demás de él;
y mientras más evolucionada sea la persona,
menos importancia o nula le confiere a l
a opinión que los otros emitan de él.
La buena noticia: es cuestión de evolucionar en
el arte de ser persona, y herramientas para tan
sublime evolución hay muchas. Nueva Conciencia
es una muy poderosa, créeme. Si me has leído
en el transcurso de tu vida, ya puedes dar fe
de lo que estoy afirmando aquí. Sí puede cambiar
un ser humano, sí puede evolucionar. Y una de
las francas medidas en donde se nota es cuando
ya no le das la importancia que
le dabas antes, a lo que dicen los demás.
3. Decide cuanto antes.
Decidir es renunciar. Incluso el origen
etimológico de la palabra proviene del latín
decidere que significa “cortar”. Si ya descubriste
qué no te gusta, y ya perdiste el temor a la
opinión pública, corta y deja aquello que lastima tu vida.
Verás que la decisión de dejarlo es
prácticamente automática si perdiste el temor al qué dirán.
Si ya te diste cuenta que la persona
que está junto a ti no es la adecuada, corta esa relación.
Si ya te diste cuenta de que tu trabajo
te agobia y no te permite disfrutar de la
vida, corta y cámbialo. Si no te agrada
tu cuerpo, corta con la inercia y vuélvelo
a moldear. En esta decisión lo que
está en juego es tu alegría de vivir. Nada más.
4. Disfruta del resultado.
¡Ahora solo queda gozar! Sin duda alguna te
puedo afirmar que tu vida se
transforma prácticamente en una experiencia epicúrea.
Y aquí lo más hermoso: cuando tú disfrutas
tanto de tu vida te transformas en un
agente inspirador para miles, tu presencia
es agradable y buscada por muchos, tu
conversación se convierte en una de las más
amenas charlas, tu compañía es deseada
por mucha gente aunque no te des cuenta de
ello, tu capacidad de ayuda se incrementa enormemente.
Y lo más impactante: todo ello suele suceder
sin que te des cuenta y sin el más mínimo esfuerzo.
¿Te parece un cuento de hadas? Pues no,
créeme que así es, tal cual. Lo único que
se necesitó para llegar a este punto de
evolución humana es ser tú mismo y hacer
lo tuyo. En este nivel no existe el esfuerzo.
Aunque los demás, sí lo pueden percibir así en ti.
Ellos no saben que solo te estás dejando fluir.
De las ironías más grandes de la vida es cuando
la perfección –prácticamente— se logra sin el mínimo esfuerzo.