QUE HAGO HOY
el silencio trepa mis paredes como el agua de la tormenta cae por calles desoladas y suburbios de la ciudad, y muy lejos veo la esperanza de poder encontrar la voluntad libre de todo razonamiento latigante de esta sobriedad.
mejor ser como un ave que parte a volar, a flotar; se ve a lo lejos su siluetas delicadas, hinchadas de espacio y de libertad, no de falsos parajes discontinuos
de mi civilizasción en ruinas.
asfixiante soledad entre tanto espacio, siento
que me ahoga tanto andante; que habla, pelea y grita, grita con desgarro, lo escucho, aunque el, sea mudo
lo escucho x que anda dejando letrero x dond quier d su desgracia. en su mirada, en su andar, en la espalda, en la frente lleva su pesar.
asfixiante relación la que llevamos nosotros; aquellos infelices que se creen felices entre su incesante ignorancia.
marcado en la piel llevamos el paso del tiempo;
aun los jovenes son... viejos y tristes vaya porvenir.
pero no importa, despues de todo aun creo en la ¿ilusión? en mañosos cuentos llenos de perica y de
encanto de fantasia que se expanden como el universo a nosotros que no son finitos tal vez aun más real y sinceros, que los tristes
cunetos de la tele que me enmudecen x complto, pues pareciera que esta realidad nos hunde un poco más en este devenir y... dejar, dejar de venir y venir a dejar llevar más que deshonras al buen señor.
pero rezo, rezo fuertemente, vigorozamente entre el silencio para que me escuche; para que, me a tienda y pueda ver, y pueda
escuchar, y pueda hablar y decir lo apropiado.
y tal vez así un cuento de pericia se
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