América
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Las cuatro alas de abeja
He vuelto de la cita con cuatro alas de abejas prendidas en los labios. Cuatro alas de abejas doradas y bermejas.
Milagro como el de la barba de Dionisos, el dios de acento dulce! La barba de Dionisos que tenía cuatro alas de abeja en vez de rizos.
Tus labios en mis labios derramaron su miel y brotaron las alas. Derramaron su miel y tuve las dulzuras de un panal en la piel.
No riáis. Las cuatro alas de abeja no se ven. Mas las siento en la boca. Las alas no se ven, mas a veces, ¡prodigio!, vibran hasta en mi sien.
Y más adentro aún. Las dulces alas vibran hasta en mi corazón. Las dulces alas vibran y a mi alma de toda angustia y pena libran.
Mas si un día dejaran de aletear y zumbar... si se hicieran ceniza... Si cesara el zumbar de las alas que hiciste en mis labios brotar...
¡Qué tristeza de muerte! ¡Qué alas negras de queja brotarían entonces! ¡Qué alas negras de queja en lugar de las alas transparentes de abeja!
Juana de Ibarboueou
01.26.11
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