Miracle of Love
Fuga en los jardines
Las más jóvenes, deseándoos, avanzan por estas avenidas de árboles fragantes. Evaden primavera que a las flores oxida con un ardor oliendo a frutas, a corceles. .. ¡Qué salvaje presencia la de las hembras púberes entre glicinias cálidas, entre celindas vívidas! Exigen que las amen, que las sigan corriendo para volcarles júbilos sobre la orilla ebria.
¡Muchachas, corred más: corred hasta la aurora! Estos grandes varones de los pechos revueltos ansían desgranaros, ¡oh mazorcas crujientes!, con su hambre de bocas y su hambre de frutos. Hasta el río, que es tajo delimitando sueños, huele a amor ya festines...
Han temblado los álamos al estallar unánimes los oscuros latidos de dobles ruiseñores. Los regazos del musgo, el frior de los juncos, contemplando el encuentro aceleran su verde. Es un cántico trémulo, en gargantas sorbido por el amor abierto en mitad de la selva.
¡Corred siempre, muchachas, que el seguiros excita el ardor de cogeros, suyas todas, a hombres que de fieros esgrimen el ademán tan sólo! Y envolveos en ropas de blanco lino puro para mojar con ellas esos cuerpos calientes, y amanecer ceñidas, ante el amor que vibra, por el celo del agua posesor de las vírgenes.
Carmen Conde
17.02.11
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