Lo infinito
Tú vives en el alba. Los pájaros te aclaman. De túnicas de aves te viste la alegría. ¡Qué aurora la que exaltas! ¡Qué noble luz la tuya! Te escuchan las mañanas y las noches porque eres como un cirio, porque eres como un corzo. Sentirte a ti que pasas rozándome las rosas y los ayes... Doler en tus rodillas, estrujada por riscos y malezas.
Y que un céfiro de alondras venga dulce, que tú llegues aventando mis heridas... Ser mujer y tuya, ¡qué inefable fundirse la conciencia entre tus brazos!
Carmen Conde
23.02.11
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