How Sad Venise Can Be
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¡Oh buen amor!
¡Oh, ternura divina siempre en llamas! ¡Oh buen amor, paciente, generoso! Llegas a mí, brindándome reposo; no me impones tu afán, porque me amas.
¡Oh ternura divina! De tus ramas presiento el florecer maravilloso. Tú quieres que yo sea fruto hermoso, cosecha de tu huerto. Me reclamas.
Escucho conmovida la voz tuya. Me llega triste; no le doy consuelo; rechazo su dolor y su agonía.
Perdóname, Señor. Cuando destruya las ansias que me clavan en el suelo, entonces iré a Ti sin rebeldía.
Ana Inés Bonnin
14.03.11
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