He regresado de la ausencia, me detuvo en el largo camino la estación de la muerte. Viajaban trenes imposibles, transeúntes anónimos, laberintos oscuros. No sé en qué estancia donde todas las voces se diluyen, tuve sentido del silencio. Olvidé mis palabras, alejé los recuerdos y anduve sola y desterrada. no hubo espejo dónde reflejar mi imagen lugar alguno dónde asir la nostalgia. Sólo un abismo innumerable donde el tiempo ahondaba cada vez mi vacío. Quedé anclada en las horas, aferrada al momento. Perdida de mí misma, me busqué en la memoria. Fui así reconstruyendo a fragmentos mi imagen y descubrí el espejo en mi propia conciencia.