Cuenta una historia que un niño de siete años se encontraba en una playa solitaria, a primera hora de la mañana. Recogía estrellas de mar que habían quedado en la playa y las devolvía al mar. De pronto, se le acercó un señor mayor y le preguntó:
-¿Qué estás haciendo?
El niño respondió:
-Estoy cogiendo las estrellas de mar que se han quedado atrapadas en la playa, y las devuelvo al mar, antes de que el sol de la mañana las queme y se mueran.
El señor mayor le dijo:
-¿Pero no ves lo enorme que es esta playa? Hay miles de estrellas de mar en la arena, y en todas las playas del mundo ¡millones! ¿No ves que lo que estás haciendo no sirve para nada?
El niño cogió otra estrella, la devolvió al mar, se paró, miró fijamente a los ojos del hombre y contestó:
-Ahora pregúntale a esta estrella de mar si lo que estoy haciendo no sirve de nada.
Desde aquel día, el hombre regresó a la playa cada mañana para ayudar al niño a salvar estrellas de mar. FIN
Comentario del autor:
Abre tu corazón y deja que la energía del universo fluya a través de ti. Es una experiencia mágica y genial. Vive la experiencia, practícalo, se disfruta muchísimo. De hecho, nada te gustará tanto como AMAR. Te sentirás como si tú fueses una gotita de agua insignificante que, al abrirse, recibe toda la fuerza del océano. Despertarás tu gigante dormido y le podrás susurrar al oído tus deseos más profundos, tus meta-deseos (más allá de los deseos). Te darás cuenta, por fin, de que todo es posible, y de que puedes ser, hacer y tener todo lo que desees, siempre.
Del libro: Cómo ser feliz cada día.
Pequeño manual de inteligencia esencial.
Autor: Ramón Solá.