Nuestros ojos de cristal se cautivan mutuamente, poderoso es el jugo de tu mirada; sin proponértelo, elevas mis sentidos y te toco aquí, sentada en tus silencios.
Mis piernas reaccionan al roce de tus pupilas, desesperadas comienzan a danzar de un lado a otro, se reprimen, claman al sentir el tránsito oportuno de tus calientes manos.
Tu mente se estaciona en mi jardín buscando alguna rosa que de mañana esté despierta, para arrebatar con tu boca su encendida mariposa.
Yo te desnudo con mi pensamiento y acaricio tus zonas de palabras abundantes te beso, te lastimo con uñas y dientes; tus letras gimen, aullan. Voy contigo hasta concluir el viaje, para luego consentirte con detalles de mujer. Es la necesidad de poseernos, de anticipar en solitario lo que compartiremos cuando al fin estemos juntos..
Nos tocamos en silencio, mi piel lleva tus marcas...
d/a
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