En uno de sus poemas Ella Wheeler Wilcox llama mi aten-
ción a esta paradoja del mar:
“Navega un barco hacia el Este y otro barco hacia el Oeste / am-
bos movidos por la misma brisa.”
¿Cuál es la causa de la diferencia en el rumbo de cada uno? “La
posición de las velas”. La poetisa aplica esta lección a la vida, demostran-
do que el rumbo de nuestra vida, ya flotemos a la ventura empujados por
el viento de la adversidad o ya usemos su fuerza para guiarnos hacia el
puerto de la felicidad y esperanzas realizadas, depende de la manera en
que alistemos nuestras velas.
Ya nos demos cuenta de ello o no, solamente nosotros tenemos el
poder de decidir el rumbo en que ha de marchar nuestro bajes. No flota-
mos en él a la ventura en el mar de la vida, incapaces de elegir nuestro
puerto de destino. No importa cómo ruja el viento en nuestro derredor,
puede siempre ser guiado de modo que entremos en el puerto de la paz,
salud y prosperidad.
Podemos decretar nuestro “Puerto de destino” mucho antes de
desatarse la “tormenta”, aprendiendo a conocer el poder que tenemos
para alistar nuestras velas correctamente. La posición de nuestras velas
convierte toda experiencia en oportunidad que ayuda a guiar nuestro
ba-jel a su destino.
TU PUEDES DECRETAR TU BIEN!!!