El fin de la Tierra tendrá lugar cuando el Sol abandone la secuencia principal y se convierta en una estrella gigante roja. Los océanos se evaporarán y la atmósfera desaparecerá junto con cualquier forma de vida mucho antes de que nuestra estrella se hinche hasta alcanzar la órbita terrestre. Es posible que la Tierra se salve por los pelos de ser digerida por el monstruoso sol rojo, pero Mercurio y Venus no tendrán tanta suerte. No obstante, aunque la vida no sobreviva a esta fase, ¿podrían hacerlo los planetas?
Cuando el Sol se convierta en gigante roja, ríete tú del efecto invernadero...(NASA).
Pues parece que sí, o al menos eso se deduce de las observaciones de la estrella KOI 55. Esta vieja estrella ya ha pasado por la etapa de gigante roja y, ahí está lo interesante, posee dos planetas con un tamaño similar a la Tierra situados a tan solo 0,9 y 1,14 millones de kilómetros de distancia. Al hallarse tan cerca de su estrella, está claro que ambos mundos fueron engullidos por su KOI 55 cuando era una gigante roja. Los planetas, denominados KOI 55.01 y KOI 55.02 han sido descubiertos por el telescopio espacial Kepler de la NASA y probablemente sean los mundos más pequeños detectados hasta la fecha. Con tan solo 0,76 y 0,87 radios terrestres, respectivamente, serían más pequeños que Kepler-20e y 20f. Eso sí, obviamente no serían habitables.Lo más probable es que KOI 55.01 y 55.02 sean los restos de planetas gigantes situados originalmente a mayor distancia y que migraron hasta la posición actual por efecto del rozamiento con las capas externas de la gigante roja. Pero la influencia ha sido mutua, porque la existencia de estos mundos puede haber afectado a la evolución de la propia estrella, ayudando a la expulsión de las capas exteriores estelares durante la migración. De hecho, se cree que las estrellas subgigantes de tipo B como KOI 55 deben sus características a la presencia de planetas gigantes a su alrededor.Ahora sabemos que en determinados casos los planetas gigantes pueden sobrevivir a la etapa de gigante roja, así que no sería descabellado suponer que Mercurio, Venus y la Tierra se puedan salvar de la destrucción total. Referencias:
Publicado por Daniel Marín