Me acostumbré a tus palabras, como el viento a la primavera.
Me acostumbré a tus ojos apagados por la deseperanza, a tu voz con distancia, a tu caricia contenida en la estela del recuerdo. Al todo o nada y nada y todo. Me acostumbré a jugarme la vida en una palabra sin saber de mi mismo, a preguntarle a mi corazón sin saber si consentía.
Me acostumbré a tu ansiada ternura, a tus pasos para verte y al silencio de las equivocaciones.
Me he acostumbrado a pensar, más que a actuar a vivir, a expresar, sin saber que pasará.
Me acostumbré a tí, con tanta paciencia, que la impaciencia nos dibujó el espanto y a lo lejos logro sentir tu corazón confuso buscando tu silueta.
Me acostumbré a las cláusulas de una letra echar de menos las noches, que jamás conocí, de la vidas que jamás viví. A pesar de la costumbre buena o mala, simplemente pienso en tí.
Gracias por tus lindos aportes Es un placer leerte Un cariñoso abrazo. Agradecerte por tan lindos detalles al participar en tu casita... La que se llena de encanto con tu presencia... Cuidate