Dos sacerdotes decidieron ir a Hawai de vacaciones.
Estaban determinados a pasar
unas vacaciones de verdad,
no usando nada que pudiera
identificarlos como clérigos.
Tan pronto el avión aterrizó, se dirigieron
a una tienda y adquirieron
algunas bermudas,
camisetas, sandalias y
gafas negras realmente llamativas.
A la mañana siguiente bajaron a la playa
vestidos con su atuendo turístico.
Estaban sentados en sus sillas de playa,
tomando una cerveza y disfrutando del sol
y el paisaje, cuando una
rubia despampanante
'que mataba', usando un bikini topless
pasó caminando junto a ellos,
que no pudieron evitar
mirarla con admiración.
Al pasar frente a ellos,
la rubia sonrió y dijo:
-"Buenos días, Padre",
"Buenos días, Padre",
saludando y dirigiéndose a cada
uno individualmente al hacerlo.
Ellos se quedaron atónitos.
¿Cómo diablos podía ella saber que
estaba frente a dos sacerdotes?
De manera que al día siguiente,
volvieron a la tienda y compraron
prendas aún más llamativas.
Una vez más, con su nuevo atuendo,
se sentaron en sus sillas
para disfrutar del sol.
Pasado un rato, la misma rubia atractiva,
usando un diferente y
colorido bikini topless,
volvió a pasar frente a ellos,
y una vez más les saludó diciendo
"Buenos días, Padre", "Buenos días,
Padre" y comenzó a alejarse.
Uno de los clérigos no
pudo evitarlo y dijo:
- "Un momento, señorita"
- "Si, Padre?"
- "Nosotros somos sacerdotes,
orgullosos de serlo, pero debo saber
cómo es posible que usted
sepa que somos clérigos,
vestidos como estamos?"
Ella replicó:
- "Padre, soy yo... ¡ la Hermana Catalina !"