A veces hay cosas que nos pueden hacer sentir mal,
a mí lo que me hace sentir peor es una decepción.
Ahí personas a las cuales puedes querer con
todo tu corazón, las quieres tal y como son pero
hay ocasiones en las cuales te pueden decepcionar,
pueden no ser lo que siempre creíste,
pudiese haberte creado una imagen que no era
pero eso no importa porque sigues queriendo a
esa persona tal y como es, con sus virtudes,
con sus errores, por lo que son.
Pero nunca me sentí peor que cuando yo decepcioné
a alguien, porque hay personas a las que no debes
decepcionar: a tus padres, a tus amigos, a Dios
pero muy especialmente a ti.
Hace tiempo me sentí decepcionada por mí,
porque tal vez no era la mejor persona del
mundo, que había cometido errores, había tenido
tropiezos y fracasos pero aprendí que son parte
de esta vida, que no debía de sentirme decepcionada
de mí misma y mucho menos perder la Fe en mí
porque si yo lo hacia las demás personas se sentirían así conmigo.
Descubrí que la razón por la que me sentía así
era porque no había actuado con el corazón
y me había dejado guiar por otras personas
muy ajenas a mi vida y a lo que soy.
Que debía valorarme y seguir adelante y seguir
mi corazón, que hacer lo que siento es la única
forma de jamás decepcionarme de mí y de
decepcionar a los demás.
Aprendí cual es la verdadera receta contra
las decepciones: Sólo tienes que creer en
ti y hacer lo que tu corazón te dicte porque
siempre acertaras.
Aprende a quererte a ti, así como quieres
a los demás, con defectos y virtudes; tal y como eres.
¡Dile no a las decepciones y actúa con el corazón!
Nunca duden de los grandes que son