Cierta vez, un joven y bello colibrí merodeaba de flor en flor, de repente cuando menos lo imaginaba, después de varios años de hacer su recorrido buscando la más bella y apetecible flor para deleitarse con su dulce néctar, se encontró con una fragante y bella rosa que años atrás había tenido delante de él.
Pero en aquella ocasión ni por su mente pasó acercarse a ella con ninguna intención más que deleitarse con su delirante fragancia y admirar su belleza pues apenas sus pétalos se envolvían formando un bello botón. Era tanta la distancia de las circunstancias que se conformó con enamorarse del recuerdo de tan grande belleza, no dejando de recordarla siempre y albergando el deseo de algún día poder tener a su alcance sus pétalos abiertos y disfrutar del ansiado néctar que antes no pudo poseer.
El encuentro fue indescriptible, eran el uno para el otro, pues el colibrí no sabía que aquella hermosa rosa que un día era botón había quedado enamorada de él al descubrir como la contemplaba sin atreverse a decir nada. También ella ansiosa esperaba algún día el regreso de aquel colibrí encantador; el día por fin llegó y ahora ella lo recibió convertida en una bella flor que negar su néctar no pudo a su esperado y amado picaflor.
Soy una mujer que volvió a creer en el amor y la mejor manera de expresarlo es escribiendo mis pensamientos inspirada en el hombre que llenó de amor mi corazón.