Alabado sea Jesucristo…
No imaginemos a Cristo “subiendo al cielo” en una nave espacial. Subir al cielo…estar sentado a la derecha de Dios… son fórmulas humanas para indicar el triunfo definitivo de Jesús, su glorificación junto al Padre.
La Ascensión celebra la culminación de la vida de Cristo, la coronación de su obra, la promesa del Espíritu Santo, el anuncio de nuestra misión: “Serán mis testigos. Vayan por todo el mundo, anuncien el evangelio”
La Ascensión marca el fin del tiempo público de Jesús, y el comienzo del nuestro. Cristo nos confió su misión. Que nadie se sienta incapaz, excluido, indigno. A todos Jesús nos asegura: “Recibirán la fuerza del Espíritu Santo… y serán mis testigos”.