Alabado sea Jesucristo…
Comunicarse con personas de lenguas y culturas diferentes nunca ha sido fácil. Detrás de cada lengua subyacente, una mentalidad y una nueva forma de ver la vida diferente. El cristianismo no es en manera alguna una franquicia que se trasplanta de forma homogénea en todas las naciones y épocas, es un mensaje que vincula la unidad dentro de la diversidad.
En Pentecostés cada grupo lingüístico mantenía su peculiaridad y conseguía comprender el único mensaje pascual. La comunidad eclesial es una y universal. Por su dimensión unitaria reproduce de igual manera los rasgos de Jesús donde quiera que este.
Cualquier comunidad cristiana tiene la misma misión: testimoniar la caridad y la misericordia que el Padre nos ha mostrado en Jesús.
Al realizar esta misión el Espíritu va suscitando diferentes carismas y dones que se van encarnando de forma distintas en cada cultura.
"La verdad católica"