Nosotros podemos ser nuestro peor crítico y ser muy negativos sobre nosotros mismos. Sin embargo, para ser amable con los demás, primero tenemos que ser amables con nosotros mismos.
Lo primero que debemos abordar es que el fracaso es aceptable. De hecho, el fracaso puede ser muy positivo. Es la forma en la que aprendimos a caminar, a hablar, a andar en bicicleta, leer y escribir. Imagínate una vida donde nunca intentemos nada por miedo al fracaso.
Castigarte por algo que no sale bien es improductivo. Basta con aprender de esa experiencia y tratar de nuevo, esta vez con tu nuevo conocimiento encontrado que te guíe.
Se consciente de los comentarios negativos sobre ti mismo: “Yo soy un idiota”, “yo no sirvo para esto”, “nunca seré capaz de eso”. Estas frases se pueden convertir en un hábito, y lo hacen. Sólo deja de repetirlas.
Aprende a dejar ir las cosas. No puedes cambiar el pasado y puedes cambiar el futuro, empezando aquí y ahora. Seguro tienes algún esqueleto en el armario, o has hecho cosas de las que no estás orgulloso. Eso es genial. Bienvenido al resto de la humanidad. No hay un alma ahí fuera que no lo tenga. Pero todo está en el pasado, y como no se puede cambiar, concéntrate en lo bueno del “ahora”.
Una sonrisa desde el corazón es lo más hermoso. No importa si te queda la cara torcida, o tus ojos se ven chistosos, no importa si tienes una sonrisa impresionante o no. Siempre y cuando dejes que vengan desde el corazón, ya es genuina.
Aprende a reírte de ti mismo. Mira la comedia en el ser humano. Todos somos falibles, todos y cada uno de nosotros, desde el rico al pobre. Todos somos un poco extraños, y todos podemos tomarnos demasiado en serio a veces. Da un paso atrás y saca una buena risa de ti mismo de vez en cuando. Mira el lado divertido de tus errores.
No te compares con los demás. Sólo te enfrentarás a tus peores cualidades en contra de aquellos que sobresalen en esa área. Hay un montón de gente en este mundo, no se puede ganar a cualquiera en todo. Ni siquiera lo intentes. Si admiras las virtudes de alguien, el objetivo es ser un poco como esa persona y no igual que esa persona.
Se realista. Mantiene los dos pies en el suelo con respecto a tus metas y aspiraciones. Pero no dejes que eso te impida subir montañas. El pico más alto se conquista paso a paso con tiempo. Mantiene una distancia manejable entre los pasos, y a un ritmo constante. Estarás encantado con el progreso.
No seas juez de ti mismo. Sólo te encontrarás culpable por cosas en las que eres inocente.
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