Alabado sea Jesucristo…
En el Evangelio de ayer, Jesús dijo: “Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga” Mc 8, 34.
Jesús pone el seguimiento al alcance de toda persona que desee abrazarlo. Nos invita a renunciar a todo lo que nos impide ser libres y felices.
La recomendación de Jesús siempre es el camino hacia la verdadera felicidad, la que nace de dentro y no depende de cómo nos salgan las cosas. Vivir con él y como él supone una vida más auténtica, más libre y más feliz.
El mensaje de Jesús no es dulzón ni romántico. Para cargar la propia cruz necesitamos contemplar seriamente a Cristo crucificado de una manera misteriosa pero real. Es el mismo Cristo crucificado que acompaña nuestro dolor, agotamiento y fracaso.