Nos creemos libres, independientes, superiores, autónomos, nos vemos dueños de nuestra existencia caminando por la vida con un aire de superioridad irreprochable.
No sabemos lo equivocados que estamos, nuestra superioridad nos ciega ante lo que la vida, no para de revelarnos que no somos nada ni nadie, que dependemos de absolutamente de todo, somos blandos, frágiles y fácilmente quebrantables, como prueba de ello es que nuestra supervivencia, depende de muchísimos factores los cuales se hacen casi imposible su reconocimiento y enumeración, siendo los más básicos: comer, dormir, hidratarse, higiene, poseer un equilibrio emocional…
Tenemos un paso por esta vida fugaz casi inapreciable frente a la historia del planeta, siendo el único motivo de nuestra permanencia nuestro instinto de supervivencia y nuestro objetivo interno poder procrear para mantener la especie, al igual que todos los millones de seres vivos que componen y han compuesto el planeta tierra, de no ser así, mucho más rápido se borrará nuestro efímero rasgo.
Envidio a las personas que sin necesidad de haber dejado su semilla, han logrado dejar su esencia en su paso, habiendo encontrado un propósito a su vida, me refiero al pintor, escritor, bailarín, etc. Que han sabido plasmar sus emociones, sufrimientos y ansias a lo largo de los siglos, consiguiendo añadir un sentido más a nuestra incomprensible existencia.
Lejos de querer ver la vida en una perspectiva negativa y poco optimista, tan sólo quiero comunicar que nada posee un significado eterno, ni perdurable, que todo posee su origen y su desvanecimiento, y que las cosas tienen el valor que uno quiere darles, por eso mismo, debemos aprender a ver lo bueno en todo lo que nos ocurra y disfrutar de ello…
No identificarnos con lo que nos suceda sea bueno o malo, ya que nuestra persona y personalidad es indescriptible debido a que esta sometida al incesante flujo del tiempo y nos reinventamos en cada momento, evitemos torturarnos por nuestras acciones, podemos aprender de ellas pero no nos castiguemos ya que somos blandos, frágiles y quebrantables no siendo dueños de nuestras vidas.