Alabado sea Jesucristo…
La situación de numerosos adultos mayores en nuestros países es angustiante. Convertirse en adulto mayor es, a veces, tener asegurada una situación de desvalimiento. Las estadísticas lo confirman, tres cuartas partes de los adultos mayores son pobres. En el entendido que en la próxima década seremos un alto porcentaje de adultos, es preocupante saber que exista una peligrosa combinación: muchos adultos en condición de pobreza. De esta realidad no podemos hacer caso omiso. Los pasajes bíblicos de ayer domingo nos presentan a dos viudas que confían en Dios. Ciertamente Dios no se desentiende de sus hijos.
Ahora bien, para que las personas de buena fe que confían en Dios no queden defraudadas, los discípulos de Jesús que estamos ciertos de su parcialidad a favor de los débiles, necesitamos corresponsabilizamos de la gestación de políticas públicas que garanticen bienestar, seguridad social, derecho a la jubilación para las personas que trabajaron y generaron servicios y bienestar para el país. Dios bendice a las viudas a través de las mediaciones de ciudadanos y cristianos comprometidos con su realidad social.
Modificado de "La verdad católica