Alabado sea Jesucristo…
No basta que el pueblo se pregunte qué es ser leal a la ley. Ahora es necesario preguntarse qué es ser leales al Dios de la compasión. Jesús confronta a la gente, no con aquellas leyes de las que hablan los escribas, sino con un Dios compasivo.
Lo importante en el reino de Dios no es contar con personas observantes de las leyes, sino con hijos e hijas que se parezcan a Dios y traten de ser buenos como lo es él. Jesús busca la verdadera voluntad de Dios con una libertad sorprendente. No se preocupa en absoluto de discutir cuestiones de moral casuística; busca directamente qué es lo que puede hacer bien a las personas.
El amor a Dios y al prójimo es la síntesis de la ley, el principio supremo que da nueva luz a todo el sistema legal. El amor lo relativiza todo. Si un precepto no se deduce del amor o va contra el amor, queda vacío de sentido; no sirve para construir la vida tal como la quiere Dios.
José Antonio Pagola