Alabado sea Jesucristo…
En la Biblia hay dos libros apocalípticos: El libro de Daniel y el Apocalipsis de Juan. Pero hay algunos párrafos de otros libros que tienen esta misma forma literaria. Por ejemplo, el evangelio de hoy, que forma parte de un párrafo mayor: Mc 13,1-31 y que los biblistas llaman “discurso escatológico de Jesús”
Textos que han servido en otros tiempos para asustar y para tratar de fundamentar una imagen de Dios que producía miedo y rechazo, en lugar de atracción y ganas de escucharlo. Hoy está claro que ésa no es la imagen y el ser de Dios que nos transmite Jesús.
La interpretación de la Palabra hay que situarla en el tiempo y en la cultura en que fue escrita, y hay que conocer el género literario que se utiliza en cada libro de la Biblia.
La liturgia de este domingo nos propone unos textos que pertenecen al género apocalíptico, uno de los más extraños para nosotros, frecuente entre algunos grupos judíos y cristianos de la época. Sus destinatarios eran, generalmente, grupos en crisis a los que ofrecía un mensaje de ánimo y consuelo.
Entender este texto como simple amenaza de catástrofes y calamidades, es no haber comprendido nada del pensamiento de Jesús. No se trata de una descripción angustiosa, sino llena de esperanza.
Asun Gutiérrez Cabriada