Alabado sea Jesucristo…
Hoy es el día de los Derechos Humanos. La celebración tiene su origen en el año 1950, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a todos los Estados y organizaciones interesadas a que el 10 de diciembre observaran el Día de los Derechos Humanos (resolución 423 V), conmemorando la Declaración Universal de Derechos Humanos, dada en 1948. Texto completo: clic acá.
La ONU pretendía con esta Declaración Universal sentar las bases de un compromiso ético para obligar a todos los Estados a cumplir y hacer cumplir una serie de normas. Recordemos que después de la Segunda Guerra Mundial, en los inicios de la Guerra Fría, cuando todavía dolían las heridas del nazismo y ante las situaciones de injusticia que se vivían en los cinco continentes, varios países sintieron la necesidad de unirse en una organización supraestatal que garantizara el respeto y la dignidad de las personas, y que evitara la repetición de hechos tan lamentables como la vulneración de la dignidad de la persona y el respeto a sus peculiaridades étnicas, religiosas o sexuales.
Los Derechos Humanos se sostienen sobre dos pilares esenciales de la humanidad: la libertad y la plena igualdad entre todos los seres humanos. Condiciones inherentes a todo ser humano sin ningún tipo de limitaciones, sean éstas culturales, económicas, étnicas, sexuales, etc. El concepto de Derechos Humanos hace referencia al sentido de la dignidad humana antes que a cualquier formulación jurídica o política.
Han pasado ya más de 60 años de dicha declaración, y el mundo se debate en medio de guerras, hambrunas, injusticias, desigualdades, xenofobias, persecuciones, y proliferación de gobiernos corruptos que violan sistemáticamente los Derechos Humanos más elementales.
Pidamos al Señor, a quien estamos esperando en este tiempo de Adviento, que ilumine y limpie los corazones de los hombres para que juntos y en paz construyamos un mundo mejor…