Alabado sea Jesucristo…
Los primeros cristianos vieron en la actuación del Bautista al profeta que preparó decisivamente el camino a Jesús. Por eso, a lo largo de los siglos, el Bautista se ha convertido en una llamada que nos sigue urgiendo a preparar caminos que nos permitan acoger a Jesús entre nosotros.
"Preparen el camino del Señor".¿Cómo escuchar ese grito en la Iglesia de hoy? ¿Cómo abrir caminos para que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo podamos encontrarnos con Él? ¿Cómo acogerlo en nuestras comunidades?
En medio del "desierto espiritual" de la sociedad moderna, hemos de entender y de configurar la comunidad cristiana como un lugar donde se acoge el Evangelio de Jesús. Vivir la experiencia de reunirnos creyentes, menos creyentes, poco creyentes e, incluso, no creyentes, en torno al relato evangélico de Jesús. Darle a Él la oportunidad de que penetre con su fuerza humanizadora en nuestros problemas, nuestras crisis, nuestros miedos y nuestras esperanzas.
Recorriendo los evangelios experimentamos que la presencia invisible y silenciosa del Resucitado adquiere rasgos humanos y recobra voz concreta. De pronto todo cambia: podemos vivir acompañados por Alguien que pone sentido, verdad y esperanza en nuestra existencia. El secreto de la "nueva evangelización" consiste en ponernos en contacto directo e inmediato con Jesús. Sin Él, no es posible engendrar una fe nueva.
José Antonio Pagola