Alabado sea Jesucristo…
Los profetas como san Juan no tenían una especie de "teléfono rojo" ni una línea directa para comunicarse con Dios. Eran personas creyentes que habían aprendido a leer la historia de las intervenciones salvadoras de Dios a favor de Israel. Alentados por esa certidumbre, reflexionaban en los sucesos históricos relevantes y descubrían las señales de la fidelidad de Dios.
Del mismo modo, los cristianos que hayan desarrollado la habilidad para deletrear los gestos discretos de la presencia de Dios en la historia actual, podrán mantener viva su esperanza. Indudablemente son numerosos los signos del pecado y la injusticia que observamos en la actualidad.
No obstante, sabemos que la fidelidad del Señor no se resquebraja y que en la hora menos esperada, surgirán mediadores generosos, voces proféticas y cristianos dispuestos a vivir como portadores de la salvación que Dios nos sigue regalando.
Donde quiera que existan personas dispuestas a organizar su vida conforme a los valores evangélicos estarán germinando las semillas de la salvación.
"La verdad católica"