Aquel ser humano…
Un hombre cualquiera, de los tantos que transitan este mundo, en algún lugar… diariamente visitaba a su esposa, internada en un psiquiátrico.
Ella… padecía Alzheimer desde hacía mucho tiempo, pese a que, la mujer no lo reconocía preguntándose… ¿ quién será este extraño, que viene a verme todos los días, que me habla, besa, acaricia y, deja una flor en mi mano?.
Él iba a verla y hacerle compañía, porque se decía:
“Ella, ciertamente, no sabe quién soy yo, pero yo afortunadamente, aún sé quien es ella".
Y porque además, tal es el amor que siempre deseé dar y recibir aquél que no sólo es físico y romántico, sino que sabe aceptar, que es, ha sido, será y no será.
“No se trata de cómo sobrevivir a la tormenta, sino de bailar bajo la lluvia…”
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Ann Louise Gordon l.h.q.c.e.l.l. Noviembre, 4, 2011
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