El estudio de un grupo internacional de científicos marinos apunta a que los océanos terrestres se enfrentan a un alto riesgo de extinciones masivas, una situación nunca vista en la historia humana.
Estos científicos compararon las causas que llevaron a extinciones masivas en el pasado y han llegado a la conclusión de que hoy en día se están dando de forma global en los océanos.
Tres de las cinco grandes extinciones de los pasados 500 millones de años (antes prácticamente no había vida compleja que se pudiera extinguir y dejar huella en el registro fósil) estuvieron ligadas a la acidificación oceánica y al calentamiento global. Pero estas tendencias son precisamente las que se pueden observar hoy en día. A estos fenómenos se suma la contaminación, la pérdida de hábitats y la presión que ejerce el ser humano con la caza la y la pesca.
La Tierra, según estos científicos, está de nuevo en un periodo de riesgo de extinciones, esta vez causado por el ser humano. Aunque los datos son más difíciles de recolectar en el mar que en tierra firme, las pruebas apuntan fuertemente a que se está dando ahora una presión tanto sobre los seres vivos de los ecosistemas marinos como sobre las plantas y animales terrestres.
Estos científicos realizaron una investigación extensa sobre el registro fósil para establecer las causas de extinciones marinas previas y calcularon el riesgo de que algo así se dé ahora. Según John Pandolfi, una autoridad en el estudio de corales de la Universidad de Queensland, querían comprender qué había producido las extinciones de la vida marina en el pasado y ver si esas condiciones se daban hoy en día. “Es muy útil mirar al pasado, porque si olvidas la historia puedes repetirla”, añade.
El mayor evento de extinción se dio hace 250 millones de años, en el Pérmico. Se estima que el 95% de las especies marinas desaparecieron debido a una combinación de calentamiento global, acidificación oceánica, anoxia y pérdida de hábitats. La comunidad científica ha podido saber todo esto gracias al estudio de los sedimentos marinos fosilizados de aquella época y a la desaparición del registro fósil de animales.
Según Pandolfi estamos viendo hoy en día esos indicadores y encima hemos añadido la sobreexplotación y la contaminación con productos químicos, plásticos y fertilizantes.
El registro fósil nos dice que la vida es muy resistente y se recupera después de una gran extinción, pero necesita de decenas de millones de años para hacerlo.
Estos investigadores han escrito el artículo debido a su preocupación de que un episodio de extinción masiva se dé de nuevo. Según Pandolfi puede que todavía estemos a tiempo de evitarlo. Según él, si comprendemos las causas de las extinciones oceánicas podemos entender qué necesitamos para evitarlas o minimizarlas.
Añade que necesitamos entender que los océanos no son sólo un vertedero de los desperdicios humanos, ni un lugar que podamos ignorar o sobreexplotar. Están ligados a nuestra propia supervivencia, bienestar y prosperidad así como al resto de la vida en la Tierra.
“Aunque no podemos ver lo que está sucediendo bajo el agua, necesitamos reconocer que la influencia de 7000 millones de humanos es ahora tan grande que controla el destino de la vida en los océanos. Y necesitamos empezar a tomar responsabilidades por ello.”
“La situación no es desesperada. De hecho, hemos visto claras pruebas, tanto en el pasado como en el presente que ña vida marina puede renacer si se le da la oportunidad. Así por ejemplo, en Australia vemos claras pruebas de buena administración de los arrecifes de coral que pueden dar lugar a la recuperación tanto de los corales como del número de peces. Nuestro artículo es un llamamiento a la humanidad para dar a los océanos una oportunidad.” Añade.
En el artículo de estos investigadores se dice que necesitamos detener las emisiones de dióxido de carbono que producen eventos de extinciones masivas, invertir la tendencia de vertidos contaminantes al mar y de fertilizantes procedentes de los cultivos agrícolas de tierra firme que producen zonas muertas por falta de oxígeno. Además se pide una mejor administración de las reservas pesqueras y una mejor protección de los hábitats.
Según estos científicos es posible realizar las anteriores recomendaciones, pero que la gente necesita entender que son esenciales a la hora de evitar una extinción masiva en la actualidad.
Estos científicos compararon las causas que llevaron a extinciones masivas en el pasado y han llegado a la conclusión de que hoy en día se están dando de forma global en los océanos.
Tres de las cinco grandes extinciones de los pasados 500 millones de años (antes prácticamente no había vida compleja que se pudiera extinguir y dejar huella en el registro fósil) estuvieron ligadas a la acidificación oceánica y al calentamiento global. Pero estas tendencias son precisamente las que se pueden observar hoy en día. A estos fenómenos se suma la contaminación, la pérdida de hábitats y la presión que ejerce el ser humano con la caza la y la pesca.
La Tierra, según estos científicos, está de nuevo en un periodo de riesgo de extinciones, esta vez causado por el ser humano. Aunque los datos son más difíciles de recolectar en el mar que en tierra firme, las pruebas apuntan fuertemente a que se está dando ahora una presión tanto sobre los seres vivos de los ecosistemas marinos como sobre las plantas y animales terrestres.
Estos científicos realizaron una investigación extensa sobre el registro fósil para establecer las causas de extinciones marinas previas y calcularon el riesgo de que algo así se dé ahora. Según John Pandolfi, una autoridad en el estudio de corales de la Universidad de Queensland, querían comprender qué había producido las extinciones de la vida marina en el pasado y ver si esas condiciones se daban hoy en día. “Es muy útil mirar al pasado, porque si olvidas la historia puedes repetirla”, añade.
El mayor evento de extinción se dio hace 250 millones de años, en el Pérmico. Se estima que el 95% de las especies marinas desaparecieron debido a una combinación de calentamiento global, acidificación oceánica, anoxia y pérdida de hábitats. La comunidad científica ha podido saber todo esto gracias al estudio de los sedimentos marinos fosilizados de aquella época y a la desaparición del registro fósil de animales.
Según Pandolfi estamos viendo hoy en día esos indicadores y encima hemos añadido la sobreexplotación y la contaminación con productos químicos, plásticos y fertilizantes.
El registro fósil nos dice que la vida es muy resistente y se recupera después de una gran extinción, pero necesita de decenas de millones de años para hacerlo.
Estos investigadores han escrito el artículo debido a su preocupación de que un episodio de extinción masiva se dé de nuevo. Según Pandolfi puede que todavía estemos a tiempo de evitarlo. Según él, si comprendemos las causas de las extinciones oceánicas podemos entender qué necesitamos para evitarlas o minimizarlas.
Añade que necesitamos entender que los océanos no son sólo un vertedero de los desperdicios humanos, ni un lugar que podamos ignorar o sobreexplotar. Están ligados a nuestra propia supervivencia, bienestar y prosperidad así como al resto de la vida en la Tierra.
“Aunque no podemos ver lo que está sucediendo bajo el agua, necesitamos reconocer que la influencia de 7000 millones de humanos es ahora tan grande que controla el destino de la vida en los océanos. Y necesitamos empezar a tomar responsabilidades por ello.”
“La situación no es desesperada. De hecho, hemos visto claras pruebas, tanto en el pasado como en el presente que ña vida marina puede renacer si se le da la oportunidad. Así por ejemplo, en Australia vemos claras pruebas de buena administración de los arrecifes de coral que pueden dar lugar a la recuperación tanto de los corales como del número de peces. Nuestro artículo es un llamamiento a la humanidad para dar a los océanos una oportunidad.” Añade.
En el artículo de estos investigadores se dice que necesitamos detener las emisiones de dióxido de carbono que producen eventos de extinciones masivas, invertir la tendencia de vertidos contaminantes al mar y de fertilizantes procedentes de los cultivos agrícolas de tierra firme que producen zonas muertas por falta de oxígeno. Además se pide una mejor administración de las reservas pesqueras y una mejor protección de los hábitats.
Según estos científicos es posible realizar las anteriores recomendaciones, pero que la gente necesita entender que son esenciales a la hora de evitar una extinción masiva en la actualidad.
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