Dejamos de ser chiquillos para volvernos adultos y más tarde convertirnos en mayores y más astutos, sin dejar ya de sentirnos más sabios, pero el asunto es que así Dios lo ha querido y ahora yo me pregunto... ¿Qué hubiera de mi vida sido si no fueras todo mi mundo, la lluvia, el sol, los trinos y el mar, en el que me infundo para ser bien defendido mi corazón profundo? Está bien tal como ha sido, doy gracias y no confundo nada de lo ya vivido porque fue todo, así lo intuyo por llegar a dar contigo
Amanecer tu esposa...
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