Trasueño
Desde mi otoño herido, y en la alcoba, te escribo este poema: un poema de amor imaginario. Ya sé que tú no existes y que sólo eres verso en este día. Y sé que no te gusta hablar de fútbol ni de noches de ron, o de horóscopos fríos que se inventan la magia de un planeta con los posos calientes del café. Ya sé, no eres consciente del no de lo imposible, ni de sábanas tibias que tramitan el sí de las metáforas. Por eso quiero hablarte de la voz que conjuga el verbo amar, sin el tú, sin el yo y sin nosotros, de los labios que nunca compartimos en un beso de amor, a la luz temporal de aquellas lunas ardidas en su celo, de tu cuerpo y mi cuerpo que, desnudos, fueron mapa no escrito de caricias al tacto de tus manos y mis manos: pretendida ilusión que acaso muere con cada amanecer de los poetas.
Tano García-Page
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