Alabado sea Jesucristo…
La disposición para dar la vida escasea en nuestra cultura. Los testigos que sellan su fidelidad a Jesús con la entrega de su vida no abundan.
Los ciudadanos dispuestos a sacrificarse voluntariamente por una causa, arriesgando su vida son una minoría. Por fortuna, algunos verdaderos seguidores de Jesús continúan viviendo con radicalidad su compromiso cristiano y enfrentan algún tipo de adversidad, por causa de su fe.
Ellos nos siguen documentando con su vida generosa y esperanzada que se han negado a sí mismos y que sirven con entusiasmo al proyecto del Reinado de Dios. Parece que vivimos en una sociedad demasiado adherida a la existencia terrenal y por tanto, insensible a los compromisos más demandantes y exigentes. En cierto sentido vivimos una crisis de esperanza.
En esta hora crítica, los que confesamos a Jesús como Señor de la vida y de la historia, tenemos que plantearnos la cuestión decisiva: ¿qué estilo de vida estamos viviendo? ¿Estamos atrapados en una red tupida de alienaciones y dependencias que nos atan tan estrechamente a esta vida, que no levantamos la mirada para ocuparnos de los asuntos del Reinado de Dios? ¿Hemos realizado las negaciones y rupturas necesarias para vivir en libertad y fidelidad al evangelio?
"La verdad católica"
Sagrado Corazón de Jesús. Te doy mil gracias por concederme un día más para amarte y servirte. Casimiro López