Adonde moras, alma mía alma que busco en triste viaje… Corriendo por valles y montañas a bordo de los mares, marchando por los desiertos.
No hay paraíso, sin tu sonrisa He ido tan lejos… Y a veces hasta te grito al oído, pero no me escuchas...
Tus lejanos suspiros como una tierna brisa nocturna, que viene a saciar la sed de dunas que ha dejado tu ausencia…
Eterna gaviota, de mares pasajeros, si un ángel se ha llevado tus playas, a uno de esos viajes infinitos… Entonces "padre, si acaso me oyes llévame a mí también…"
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