Puente romano sobre el Guadalquivir.
Córdoba en abril.Eres un eterno y florido Jardín, repleto de rosas y cielos de Añil, tus alboradas son hermosas, viendo el día venir, que con fuerza y pujanza te acercas a mí y me abres las puertas de Mayo florido y tus fiestas por mil; tus Patios, tus Cruces, tus Verbenas de alegria juvenil, tu feria de Mayo, que folclore es, con sus noches de embrujo cordobés; sus bellas mujeres luciendo sus trajes a lo cordobés, su moña y sobrero que bonita es, se entra en la noche llenita de luz y ese brillo tan claro del cielo, en la noche moruna y su embrujo Andaluz.Tus calles estrechas de las Moreria, venidas del Sur; sus amplias y llanas avenidas limitando Jardines y Parques con extenso, alto arbolado y enormes palmeras, señeras al fin, que asoman sus frondas a la gran Rebera del Guadalquivir, su puente Romano tan hermoso y largo que parece no tener fin, su Catedral - Mezquita, con su bosque de grandes y hernosas columnas, de una gran belleza, porque la hicieron así y nos rcuerdan tiempos de Gloria, de Árabes, Mozárabes, Romanos y Cristianos, que la transformaron en la gran perla del Guadalquivir.Yo te quiero y adoro porque eres la bendita y noble Tierra, donde yo nací. Autor: Casimiro López Cano.