Alabado sea Jesucristo…
“Mira Señor ese dolor inútil que a veces se apodera de mí. Sufro por el amor que no me dan, por las desilusiones, por las agresiones ajenas, porque a veces no me comprenden, porque no pude lograr cosas que mi corazón deseaba. Toca esas necesidades y deseos insatisfechos con tu amor, Dios mío, y enséñame a gozar serenamente de tu divina ternura, del fuego de tu amor que nunca me falta. Regálame, Señor, la libertad interior, no dejes que me haga esclavo de mis sensaciones y sentimientos que me enferman y me abruman. Y enséñame a reconocer tu amor en las cosas simples de cada día. Porque siempre tengo el pan de tu ternura. Amén.”
Víctor Fernández
Sagrado Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y servirte. La mies es mucha y pocos los obreros para ecogerla. La palabra de Dios. Te alabamos Señor. Amén. Detente, el Corazón de Jesús está conmigo. Casimiro López