Alabado sea Jesucristo…
Hoy celebramos con júbilo la Asunción de María al cielo. La Madre fue llevada en cuerpo y alma al cielo por el poder de Dios, a diferencia de la Ascensión del Señor que lo hizo por su propio poder.
El Papa Pío XII, en la Bula Munificentissimus Deus, del 1° de noviembre de 1950, proclamó solemnemente el dogma de la Asunción de María con estas palabras: “Pronunciarnos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste”.
Por su parte, el Papa Benedicto XVI ha dicho en 2010: “En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con Él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios
Sagrado Corazón de Jesús.Mil gracias por concederme un día más para adorarte y servirte. La mies es mucha pero son pocos los obreros para recogerla. La palabra de Dios. Te alabamos Señor. Amén. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo. Casimiro López