Alabado sea Jesucristo…
El pueblo cristiano siempre ha reconocido a María Reina por ser madre del Rey de Reyes y Señor de Señores. Su poder y sus atributos los recibe del Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo. Es Él quien la constituye Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles.
Pío XII en 1954, instituyó la fiesta Litúrgica del Reinado de María al coronar a la Virgen en Santa María la Mayor, Roma. En esta ocasión el Papa también promulgó el documento principal del Magisterio acerca de la dignidad y realeza de María, la Encíclica Ad coeli Reginam (Oct 11, 1954).
Oremos: Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.