Dame tu mano amor y te llevaré por un camino de almendros en flor. Dame tu mano y seguiremos por el sendero que nos conduzjo al amor; dame tu mano y recorreremos los sitios que nos cobijaron a los dos. Dame tu mano y recordaremos los pasos que dimos buscando el amor.
Dame tu mano, toma la mía, dame tus besos que son poesías. Dame tu cariño a cambio del mío, mi amor es tuyo y tuyo es el mío. Hazme caricias, amor mío, para que nuestro Edén esté siempre florido. Quiéreme mucho y con mucho brío, que si no lo haces tendré siempre. frío.
Dame tu energía, yo la necesito y te daré la mía. Siempre caminaremos juntos con nuestras manos unidas. Tambien con nuestro amor que dará la salida, para llegar victoriosos a la otra orilla, donde está tu playa que tambien es la mía.
Tu estabas descansando en las arenas blancas de aquélla bahía; te pedí agua porque sed tenía, bebí el agua clara que tú me ofrecias, que estaba tan freca y pura que calmó mi sequía, que como aquélla Samaritana, ofrecio al Mesías. Con aquélla acción vi la luz en tu ventana, que ilumino la mía y despejó el camino que yo seguía. Autor: Casimiro López Cano